El arte público tiene raíces profundas en la cultura universal. Desde que nos reuníamos en pequeños grupos de humanos en cuevas para protegernos de las inclemencias del tiempo y los deprededadores empezamos a dejar muestras de como nos veíamos a nosotros mismos en las paredes de las cuevas, las famosas cuevas de lascoux en Francia son de las más destacadas en este tipo de arte público de los albores de la humanidad.
En la isla de Santo Domingo están las cuevas de pomier que sería el primer "arte público" del que tenemos datos a nivel local, esta producción iconográfica luego se detiene de manera abrupta con la colonización e inmediatamente se da paso al arte religioso en las paredes de las iglesias y catedrales.
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| Pintura en la bóveda del hoy panteón nacional |
Este ejercicio de memoria que aquí planteamos busca convertirse en un esfuerzo para ofrecer datos, testimonios e informaciones que permita atar los cabos de las manifestaciones artística y de los artistas que han aportado a los cimientos del arte público en nuestra isla, y que pueda servir para construir una reflexión posterior de lo que sería un arte público local e identificar los aportes aportes en relación al arte público nacional, isleño y caribeño.
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